Pastel Biarritz Albás
En la primavera del año 1989 nos incorporamos con mucha ilusión al obrador de La Imperial Biarritz recogiendo así el testigo de la familia Albás que durante más de ocho décadas había elaborado con mucho éxito los deliciosos pasteles Biarritz Albás que, con el paso de los años, llegarían a ser uno de los dulces más típicos, característicos y emblemáticos de la ciudad de Barbastro.
Actualmente elaboramos nuestros pasteles Biarritz con la misma ilusión, siguiendo fielmente la receta que ideara Pedro Albás en el año 1903.
Historia
¿Por qué se llama Biarritz un pastel elaborado en una pastelería de Barbastro?
Ésta es sin duda la pregunta más recurrente y que más curiosidad despierta en nuestros clientes, y que nosotros respondemos siempre de esta manera…
Resulta que a mediados del siglo XIX a la emperatriz Eugenia de Montijo, aristócrata española casada con el emperador de Francia, Napoleón III, le recomendaron sus médicos tomar baños de sol y de mar por motivos terapéuticos. La emperatriz eligió Biarritz que hasta entonces era un pequeño pueblo marinero del sur de Francia para sus vacaciones veraniegas y su esposo le obsequió con un palacete junto a la playa que hizo construir especialmente para ella y que pasó a llamarse “Villa Eugenia”.
Durante muchos veranos, el palacio acogió no sólo a los emperadores franceses sino a otros muchos ilustres invitados, entre ellos a la famosa emperatriz Isabel de Austria, más conocida como “Sissi”; a la reina Victoria de Inglaterra y a otros miembros de las monarquías europeas que, invitados por la emperatriz, iban a pasar unos días de vacaciones en Biarritz. Como es natural, a partir de entonces la ciudad se puso muy de moda y pasó a ser uno de los destinos vacacionales preferidos por la “alta sociedad” europea. Aparecía en las crónicas de sociedad de los periódicos de la época, como un lugar encantador y con mucho glamour.
Pedro Albás, que había aprendido el oficio de pastelero en el obrador familiar que montara su abuelo en 1860 en la calle Romero de Barbastro, se casó con la joven María Novel a finales del siglo XIX y juntos inauguraron una nueva pastelería conocida como “La Imperial” nombre alusivo a la ciudad de Biarritz por su vinculación con los emperadores franceses. En 1903 Pedro Albás creaba un nuevo pastel, al que llamó muy acertadamente con el nombre de la ciudad de moda, “Pastel Biarritz”, que muy pronto se hizo famoso entre sus clientes por su exquisitez.
Desde entonces y hasta ahora, el emblemático “Pastel Biarritz Albás” ha servido como obsequio para regalar a familiares y amigos en fechas señaladas o simplemente como un recuerdo dulce de la ciudad de Barbastro.
Como anécdota diremos que en estos casi 120 de años desde su creación, los pasteles Biarritz han recorrido los cinco continentes en el equipaje de viajeros de todo el mundo, como obsequio para sus seres queridos. Podemos nombrar países tan lejanos como Australia, Japón, Perú, Argentina, Rusia, China, Kenia, Brasil, Cuba, Sudáfrica, Guinea ecuatorial, Estados Unidos… Y otros muchos de Europa, Asia, África, América y Oceanía.