HISTORIA DE LA PASTELERÍA EN LA PROVINCIA DE HUESCA

Todas las actividades culturales del hombre tienen su historia. Si nos referimos a la actividad de los pasteleros y confiteros, como trabajo profesional y artístico. encontramos que posee unas ricas y hondas  raíces que se entroncan con la aparición del hombre y la necesidad de alimentarse y de descubrir sabores. Muy en concreto el sabor dulce, como se ve en las pinturas rupestres que muestran una figura humana recogiendo miel.

Dando un gran salto llegamos a los siglos XI y XII donde quienes habitaban nuestro territorio celebraban sus fiestas, o un “trato” sellado con un contrato que se acompañaba de algunas viandas y dulces “neulas”, con una bebida “piment”, equivalente al “hipocrás”. Neulas que, antes de ser objeto de producción industrial, se ofrecían en los establecimientos de pastelería, e incluso, todavía en los primeros años del pasado siglo XX, que dio lugar al oficio de los niebleros u hostieros de iban de pueblo en pueblo ofreciendo sus servivios, sobre todo en tiempos de Navidad, para que hasta en los pueblos más remotos no echaran a faltar las “neulas”,  y las “hostias” u obleas, junto a toda una variedad de elaboraciones familiares que daban relevancia a las fiestas populares. Valga este ejemplo por otros cientos de elaboraciones que enriquecen la historia de la pastelería en Huesca.

Pero hemos de acercarnos a nuestros tiempos más recientes, donde el hombre y sus actividades necesitan organizarse, agruparse, es decir crear un Gremio que acoja a quienes están de acuerdo con los Estatutos que han de regir esa actividad específica. En Huesca el 10 de abril de 1676 el “Gremio de Cereros y Confiteros” se constituyó como tal. Firmó el 22 de Octubre  sus Estatutos. Desde entonces la actividad de los artistas del dulce se viene conociendo con bastante detalle. Un ejemplo de sus Estatutos: “…estatuimos y ordenamos que bizcochos, turrones ni otras figuras de azúcar, no se puedan vender en casa ni tienda ni persona alguna, sino los examinados, exceptuado los forasteros en los tiempos que hubiere ferias, y en los conventos de monjas en cualquier tiempo puedan venderse bizcocho y las demás confituras que aquellas hicieren; y solamente permitimos que todas personas, así sean vecinos como forasteros, que quisieren, puedan hacer y vender turrones negros”.

Pasó el tiempo y la organización y legislación gremial antigua dejó de existir en cuanto llegaron tiempos modernos dando libertad para que quien conociera su oficio pudiera ejercerlo libremente, aunque con muy abundante normativa estatal y hasta municipal.

Con la llegada de la democracia y hasta nuestros días se legisló reconociendo el derecho de asociación que todas las personas tienen a hacerlo libremente para la consecución de fines lícitos.

Posteriormente, en junio de 2019, tuvo lugar la Renovación íntegra de los Estatutos bajo la titularidad de “Gremio de pasteleros artesanos de Huesca”.

Texto: José Maria Pisa